Al menos un 50 % de los pacientes oncológicos no reciben el tratamiento adecuado para disminuir y controlar el dolor. Así lo dio a conocer el anestesiólogo e intensivista José Félix Acosta, colaborador de la Sociedad Anticancerosa de Venezuela (SAV).
Aseveró que este malestar merma sensiblemente la calidad de vida del paciente ya que puede ocasionar insomnio, disminución del apetito y limitación física, afectando la calidad de vida a nivel psicológico, familiar y social. “Para superar esta etapa – indicó -se recomienda buscar ayuda psicoterapéutica, no aislarse de los seres queridos y adoptar una actitud positiva frente al problema”.
El especialista explicó que según la evolución del cáncer, pueden existir tres tipos de dolor: el somático o leve, que surge en las primeras etapas de la enfermedad; el incipiente o moderado, que se presenta junto a la metástasis; y el incapacitante que llega a inmovilizar al paciente.
Advirtió que todo tipo de cáncer puede provocar dolor, sin embargo, son los tumores malignos los que desencadenan mayor intensidad. “Es el cáncer, su expansión y el abordaje tardío los principales detonantes de la evolución de la aflicción”, manifestó.
Barreras que dificultan el tratamiento
A juicio de Acosta, existen algunas barreras que dificultan el tratamiento efectivo, como el desconocimiento del tema, la desmotivación del paciente, la falta de apoyo familiar y la evaluación inapropiada de la dolencia.
Por esta razón, resaltó la importancia de contar con la medicina paliativa o terapia del dolor, una alternativa compuesta por un equipo multidisciplinario de profesionales que evalúan psicológica, clínica y físicamente al paciente, para luego determinar el tratamiento correspondiente.
Medicación oral, neurólisis de los nervios (inyecciones), soluciones quirúrgicas y la utilización de una bomba analgésica son algunas de las opciones que se manejan para aumentar la calidad de vida de las personas con esta condición, señaló el anestesiólogo e intensivista.
También recomendó evitar cambiar de médico constantemente, solicitar información acerca de la terapia del dolor y no perder la fe en el tratamiento para aliviar esta dolencia desde sus inicios.